Cándido mascullaba, dando sorbos al café de ayer, sobre el afortunado momento en el que abandono la miserable idea de que existiese el más allá.
Se levantó, encendió un cigarrillo y arrojo el envoltorio de una magdalena al cubo de la basura al más puro estilo Michel Jordan, el envoltorio golpeó el borde del cubo y rodó por la cocina...Cándido le dio la espalda al fracaso y dijo ya en voz alta, ¡bastante tengo con el más acá!!.
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