Ya es tiempo de levar el ancla, arriar las velas y achicar miserias. Enarbolar el ansia y emborrachar el alma y tirarse al mar, adentro, hacia el profundo abismo. Abrir la puerta cerrada por años y limpiar el polvo al cajón de sueños, disfrutar del abandono y la tormenta. Ya salgo, no sé si se me espera, no me interesan las recepciones pero estaré alerta por si diviso tu sonrisa.

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